Los findes de verano transcurrían entre la sombra de la parra y chapuzones a la pileta, corriendo por todo el patio, y subiendo a la nave para alguna "misión"...
Cuando volvimos al patio de la abuela el nogal ya no era inmenso, y sus ramas no eran tan altas...No necesitaba que me hagan piecito para llegar a ellas.
El patio lo recorríamos completo con sólo un par de pasos... Y la parra apenas cubría una esquina con su sombra...
El patio quedó vacío, pero a la vez lleno de recuerdos...
Me hubiera gustado llegar a tomar un té con ella bajo la parra, contarle de este proyecto, y que me diera más ideas: de ingredientes, de recetas para maridajes...
Mostrarle que rescaté muchas de sus tazas y que son un tesoro que me acompaña y comparto en varios momentos, en los que ella también se hace presente...
Pienso que en el Cielo debe haber muchos patios, quizás hasta más lindos! Y que ella está en alguno de esos, disfrutando de la sombra de alguna parra, mientras observa cómo crecimos y se alegra con nosotros...
~Mar~
No hay comentarios:
Publicar un comentario